Anda el Gobierno a vueltas con la reforma de la legislación sobre aborto. Según parece, la norma que hay es como muy avanzada (las cosas de Zapatero...), y hay que dar marcha atrás inmediatamente, que esto no es libertad: es libertinaje.
Veo imágenes que me retrotraen a mi tierna infancia. Imágenes en blanco y negro de mujeres que salían a la calle a reivindicar cosas (acompañadas por algunos hombres, también, por la cosa esa de las ideas...). Y empiezan a resonar ecos de charlas que uno cazaba en las conversaciones entre padres y amigos de padres, en aquellas tardes en que los niños jugábamos con camiones y clicks de Famobil por los suelos: viajes a Londres de niñas con posibles (que iban a hacer un curso exprés de lengua inglesa, of course), aborteras para niñas de pueblo o sin un duro, Conferencia Episcopal con el mazo dando, curas explayándose desde el altar (encontraban al demonio detrás de casi cada película, casi cada canción o casi cada político de centro-izquierda para allá), conventos donde habían descubierto mil y un fetos enterrados...
En fin, que alguna vez escribí este poema por alguna parte (que no se me subleve nadie, cito la fuente para evitar problemas: "Poesía a instancia de parte", colección Ancha del Carmen; excelentes recuerdos de aquellos tiempos, por cierto) : "Aborto(s)".
Aborto(s)
No es ético
matar
fetos.
Sí es ético
(o es, cuando menos, más ético)
esperar
a que nazcan
para dejarlos morir poco a poco por
hambre, Sida o algo así.
Consecuencia:
abortar poquito a poco sí lo
permiten las reglas éticas.
"Abortar poquito a poco". Aunque no me guste la realidad que pinta, me gusta la frase.
ResponderEliminar"De mica en mica s'omple la pica", dicen los catalanes.
ResponderEliminarY "de gota en gota s'omple la bóta", también es cierto.
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