Por otra parte, recuerdo que en una de mis imprudencias, "Poesía a instancia de parte", jugué con un verso suyo en un poema, que me sirvió para ahondar en uno de los grandes pecados de esta triste piel de toro triste que llamaron España: la envidia. Y lo subo aquí, como homenaje (pequeño e imperfecto) a LGM, deseándole toda la suerte del mundo en esta batalla.
“¿A quién puede dañar la perfección del viento?” (Luis García Montero:
“Nochevieja (1940, 1870, 2000)”, de “La intimidad de la serpiente”)
Imperfecciones
¿A quién puede dañar la perfección del viento,
preguntas?
Muy fácil: al imperfecto.
Envidiará la belleza ajena
con total seguridad.
Y actuará en consecuencia. No falla.
Imperfecciones
¿A quién puede dañar la perfección del viento,
preguntas?
Muy fácil: al imperfecto.
Envidiará la belleza ajena
con total seguridad.
Y actuará en consecuencia. No falla.
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