Hace mucho (afortunadamente, muchísimo) que los libros políticos dejaron de interesarme, salvo que el tema me apasionase o que el autor estuviese entre las figuritas de mi pesebre cultural personal (cualquier cosa de Manuel Vázquez Montalbán, por ejemplo, es legible y me lanzo sobre ella, por ejemplificar). Pero Gregorio Morán me hizo comprarme el otro día un libro político, y a su precio, no de segunda mano ni ocasión. "La decadencia de Cataluña contada por un charnego" lo merece: sin pelos en la lengua y con su estilo literario habitual, este recopilatorio de columnas en La Vanguardia engancha, y de qué manera. Morán engancha desde hace mucho, por lo menos a mí, tengo que reconocerlo. Me da esa carnaza literaria que pido a un autor. No he terminado de leer el libro, pero estoy en ello y ha merecido la pena comprarlo. Cataluña-Catalunya, Jordi Pujol, els catalans de aquí y de allá, y todo el catalano-pesebre, amb caganet, al completo. El nacionalismo de botiga, el nacionalismo de religión y montaña, el nacionalismo cultural, ¿todos los nacionalismos el nacionalismo? (no: yo, lo menos nacionalista que puede existir, tampoco puedo admitir eso). Y el guiño a mi molt estimata ciutat de Vic... entrañable para mí. La Plaça Major, el Seminari... esos sitios que hago míos cada vegada que torno. Magnífico: la magdalena proustituida y alucinógena otra vez en marcha. Morán nos induce a reflexionar, tanto a catalanes como a amics de Catalunya. Incluso a enemigos, que los hay. Y reflexionar siempre es bueno.
Además, como digo, me tocó el andamiaje sentimental con la referencia a Vic. Y estos detalles, para los sentimentales, no se pagan. Volver a pasear por Vic, de repente, qué lujo: volver a saludar al Merma, a rondar la Plaça Major, a les Adoberies, al Seminari y sus desayunos entrañables (en clima de College inglés), a la Llibreria Martina (siempre salgo con alguna cosita de la botiga del meu amic: la tentación es enorme), al mercadillo de dissabte... Gràcies, Gregorio, per tot això que m'as donat avui.
Sigo avanzando en la lectura... excelente tarea de reflexión. Argumentos certeros, otros con los que no estoy nada de acuerdo, Jordi Pujol como aquella Rebecca de Daphne du Mourier, omnipresente... y ante todo, reflexión y frases ingeniosas, desde el punto de vista literario. No pido más. Gràcies, Gregorio, una altra vagada.
Hace mucho (afortunadamente, muchísimo) que los libros políticos dejaron de interesarme, salvo que el tema me apasionase o que el autor estuviese entre las figuritas de mi pesebre cultural personal (cualquier cosa de Manuel Vázquez Montalbán, por ejemplo, es legible y me lanzo sobre ella, por ejemplificar).
ResponderEliminarPero Gregorio Morán me hizo comprarme el otro día un libro político, y a su precio, no de segunda mano ni ocasión. "La decadencia de Cataluña contada por un charnego" lo merece: sin pelos en la lengua y con su estilo literario habitual, este recopilatorio de columnas en La Vanguardia engancha, y de qué manera. Morán engancha desde hace mucho, por lo menos a mí, tengo que reconocerlo. Me da esa carnaza literaria que pido a un autor.
No he terminado de leer el libro, pero estoy en ello y ha merecido la pena comprarlo.
Cataluña-Catalunya, Jordi Pujol, els catalans de aquí y de allá, y todo el catalano-pesebre, amb caganet, al completo. El nacionalismo de botiga, el nacionalismo de religión y montaña, el nacionalismo cultural, ¿todos los nacionalismos el nacionalismo? (no: yo, lo menos nacionalista que puede existir, tampoco puedo admitir eso).
Y el guiño a mi molt estimata ciutat de Vic... entrañable para mí. La Plaça Major, el Seminari... esos sitios que hago míos cada vegada que torno. Magnífico: la magdalena proustituida y alucinógena otra vez en marcha.
Morán nos induce a reflexionar, tanto a catalanes como a amics de Catalunya. Incluso a enemigos, que los hay. Y reflexionar siempre es bueno.
Además, como digo, me tocó el andamiaje sentimental con la referencia a Vic. Y estos detalles, para los sentimentales, no se pagan. Volver a pasear por Vic, de repente, qué lujo: volver a saludar al Merma, a rondar la Plaça Major, a les Adoberies, al Seminari y sus desayunos entrañables (en clima de College inglés), a la Llibreria Martina (siempre salgo con alguna cosita de la botiga del meu amic: la tentación es enorme), al mercadillo de dissabte...
ResponderEliminarGràcies, Gregorio, per tot això que m'as donat avui.
Sigo avanzando en la lectura... excelente tarea de reflexión. Argumentos certeros, otros con los que no estoy nada de acuerdo, Jordi Pujol como aquella Rebecca de Daphne du Mourier, omnipresente... y ante todo, reflexión y frases ingeniosas, desde el punto de vista literario.
ResponderEliminarNo pido más. Gràcies, Gregorio, una altra vagada.
Releo el texto y detecto algún gazapillo: caganet por caganer (¡vaya cagada!) o estimata por estimada (cosa parlo? italiano?).
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